Comprar un departamento pequeño puede ser una forma efectiva de invertir en bienes raíces por varias razones:

Menor inversión inicial: Los departamentos pequeños suelen tener un precio de compra más bajo en comparación con propiedades más grandes en la misma ubicación. Esto significa que requieres una inversión inicial menor para ingresar al mercado inmobiliario.

Costos de mantenimiento más bajos: Los gastos de mantenimiento, impuestos y seguros suelen ser más bajos en propiedades más pequeñas. Esto puede reducir tus costos operativos y aumentar el retorno de tu inversión.

Mayor liquidez: Los departamentos pequeños son más fáciles de vender en comparación con propiedades más grandes. Si necesitas liquidez o decides vender en el futuro, es probable que encuentres compradores con más facilidad.

Menos riesgo de vacantes prolongadas: Los departamentos pequeños tienden a tener una demanda constante, especialmente en áreas urbanas o turísticas. Esto reduce el riesgo de que tu propiedad quede vacante durante largos períodos.

Diversificación de la inversión: Comprar varios departamentos pequeños en diferentes ubicaciones puede proporcionar una mayor diversificación de tu cartera de inversiones inmobiliarias. Esto puede ayudar a mitigar el riesgo asociado con la inversión en una sola propiedad.

Rendimiento de alquiler competitivo: En muchas áreas urbanas, los departamentos pequeños tienen un rendimiento de alquiler competitivo en términos de ingresos mensuales en comparación con propiedades más grandes. Esto puede generar un flujo de efectivo constante.

Adaptabilidad a tendencias de mercado: Los departamentos pequeños suelen ser más adaptables a las tendencias actuales del mercado. Por ejemplo, son populares entre los millennials y las personas que buscan viviendas más compactas y de bajo mantenimiento.

Potencial de valorización: A pesar de su tamaño, los departamentos pequeños pueden apreciarse en valor con el tiempo, especialmente si están ubicados en áreas de crecimiento o revitalización.